Canal de comunicación e intercambio de los profesores de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, Recinto Santo Tomás de Aquino, sobre nuevas tecnologías aplicadas a la educación.
Las teorías del pensador alemán sobre el mundo como voluntad y representación produjeron un giro biológico en la filosofía. Entonces fueron una provocación; ahora, nos vienen como anillo al dedo
RÜDIGER SAFRANSKI 16/10/2010 El País, Madrid, España
Durante la mayor parte de su vida, Arthur Schopenhauer -fallecido hace exactamente 150 años- no defendió una filosofía que gozara de actualidad. En contra de lo que era corriente en su época, su imagen del hombre no se esbozaba desde el espíritu, sino desde el cuerpo y las pulsiones, desde la biología. Con Schopenhauer se produce un giro biológico en la filosofía, una auténtica provocación para aquel tiempo. A veces siente menos aprecio por los ejemplares medios de los «bípedos», tal como en ocasiones los denomina con rabia, que por otros animales más juiciosos. Cuando su perro de lanas le molesta, lo increpa con un «Pero, ¡hombre!». Para Schopenhauer el hombre pertenece realmente al reino animal, y por eso le encantan las frecuentes comparaciones con los animales. Por ejemplo, esclarece el instinto social del hombre con el caso de los puercoespines, que en los días fríos de invierno se apiñan entre sí para calentarse, pero como se clavan unos a otros las espinas, tienen que volver a separarse, arrojados de aquí para allá entre dos males.
En la siguiente dirección, puedes accesar e inscribirte en el sitio de Prezi, una nueva herramienta para presentaciones sin el aburrimiento de power point.
Es gratis y puedes desarrollar tus presentaciones con una agilidad que te dará la capacidad de entretener a los estudiantes.
En internet el medio preferido para exponer proyectos o transmitir ideas es el vídeo, aunque mucha gente continúa utilizando presentaciones cuando necesita una mayor claridad, a pesar de que esto implique perder impacto. Prezi es un editor con el que podremos crear presentaciones un poco más dinámicas, en un entorno online.
La peculiaridad es que no utiliza transparencias, sino que todo se integra en un gran lienzo virtual donde pegaremos nuestras imágenes, textos y vídeos. Al estar todo situado en una gran hoja en blanco, la forma de controlar en qué orden se visualiza la información será programando la cámara para que se mueva a lo largo de la presentación.
El Grupo Valores ha completado el ejercicio de crear un blog como instrumento didáctico. Los cuatro miembros han creado sus blogs personales y están disponibles en e-pucamiama, dónde se presentan desde música hasta cuestiones metafísicas de la filosofía de la ciencia. En cada blog encontrarás las e-actividades desarrolladas por cada profesor. Nuestro objetivo es estimular la aplicación de la tecnología en nuestra docencia. Es decir, ser buenos profesores.
Moodle es un LMS: Learning Management System, es decir, un sistema pensado para enseñanza a distancia o apoyo a la enseñanza presencial. Es software libre, y tiene una enorme comunidad sumamente colaboradora.
Debido a que doy cursos y coordino el grupo de autoformación, hace ya un tiempo que estoy atenta a cualquier información sobre hosting gratuito para Moodle.
Hice algunos posts en este blog, donde enumero una serie de servicios. Aquí quiero hacer una descripción de cada uno y agregar uno que descubrí hace poco gracias a los maravillosos foros de Moodle Docs.
El fin de este blog es convertirse en un sitio de encuentro de los blogs de los profesores de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, para que el propósito de socializar y actuar con los principios del "aprendizaje asociativo y colaborativo" que los instrumentos de la web social nos ofrecen. Así, encontrando los blogs o bitácoras (como se ha traducido al español) aunamos esta puesta al día de nuestras competencias como educadores.
LA CIENCIA Y LA TECNOLOGIA EN EL FUTURO DE LA EDUCACION: Reflexiones sobre las competencias docentes
Por Miguel Sang Ben
La postmodernidad y la postciencia
Es un tópico común tratar de la sociedad del conocimiento en la tradición y con la ingenuidad de la mentalidad colonialista del que espera “que inventen ellos”, que nosotros nos aprovechamos de lo que piensen los que iniciaron la modernización renacentista en el siglo XVI, porque nosotros no tenemos ni los recursos ni la tradición de investigar. Tomando en cuenta este acondicionamiento, estas reflexiones parten de un dicho expresado por la encargada de estos módulos, la madre Oliva Hernando, al inicio de los mismos: no es lo mismo el “buen profesor” que el “profesor bueno”. A lo que yo agregué que debe ser igualmente buen profesor en tanto que profesor bueno. Uno apela a la competencia docente y el segundo a la naturaleza humana del profesor.
En segundo lugar, podemos distinguir en la realidad Latinoamericana, tres tipos de universidades de acuerdo a José Joaquín Brunner[1]:
(1º) Universidades complejas, comparables a las de los países desarrollados, con un buen equilibrio entre docencia, investigación y servicio a la sociedad. Se sitúan casi exclusivamente en vinculación a cuatro grandes clusters: México D.F., Santiago de Chile, Buenos Aires y unas cuantas ciudades de Brasil como Sao Paulo, Río de Janeiro, Campinas, etc. Entre todas no llegan al 3%.
(2º) Universidades importantes de las principales ciudades de todo el continente, bien organizadas, con importante cuadro de profesores y un impacto significativo en sus respectivos países, pero más centradas en la docencia y que sólo tienen algunas unidades de investigación aisladas, aunque muchas de ellas con cierto desarrollo y vinculación internacional. Estimamos que constituyen no más del 7% de la realidad universitaria latinoamericana.
(3º) El 90% restante son universidades centradas en la docencia, con poquísimo desarrollo de investigación y un aporte efectivo a los contextos sociales a los que se deben muy limitado.
En los países en vías de desarrollo se encuentra el 25% de los científicos de todo el mundo y el 5% de los fondos para investigación, pero nuestro aporte al grueso de la ciencia es del orden del 1%; lo que parece indicar que no es esencialmente un problema económico ni de disponibilidad de personal. En nuestro continente se requiere con urgencia una ciencia verdaderamente útil a la sociedad, como señalaba enfáticamente la Conferencia Mundial de la UNESCO sobre Educación Superior, celebrada en París en 1998, para la cual, los mayores retos de la universidad en el siglo XXI eran la pertinencia y la calidad.
Nuestra docencia se verá potenciada en la medida en que institucionalmente deseamos estar en el 3% y no quedarnos en una universidad docente que pretende hacer investigación. Por lo tanto, considero que nuestra calidad de buen profesor viene medida por la inmersión en la “frontera del conocimiento” de la disciplina que enseñemos o del curso de la actividad científica en general. Nuestra misión es la concientizar a los estudiantes en estos tiempos postmodernos que parecen acercarse a una sociedad postcientífica, porque parece que la revolución tecnológica nos lleva a entender la realidad como un fenómeno basado en una racionalidad que desborda los límites de la ciencia.
El marco conceptual del desarrollo científico actual
Estas reflexiones es un mentís a la mentalidad ingenua de “que inventen ellos”, y una respuesta a este diagnostico de la precariedad de la investigación latinoamericana porque en esta segunda revolución industrial, mejor conocida como la revolución científico-técnica legada del siglo XX y que está conformando a la “sociedad del conocimiento”, no podemos ser entes pasivos.
Muy por el contrario, los académicos debemos ser los “avanzados” en una sociedad como la dominicana que vive las expectativas del siglo XXI con un espíritu decimonónico, pensando que el paradigma científico que está encorsetado en el “Scientia ex machina” que el “Novum Organum” del siglo XVII se mantiene en la época de la física cuántica. Nuestros científicos deben ser formados en la concepción más revolucionaria y, por lo tanto, estar al tanto del cambio radical que se está desarrollando en el mundo.
Entonces, ¿qué lecciones debemos asumir del desarrollo de la “ciencia y tecnología” para un pueblo tercermundista como es la República Dominicana? La revolución científico-tecnológica ha producido un cambio de paradigma que debe permear toda nuestra actitud hacia la ciencia, nuestra comprensión de la sociedad postmoderna y los requerimientos de asumir el quehacer científico desde la misma dinámica de la ciencia.
Quiero aprovechar este marco para señalar, en ocasión de la resonancia que ha tenido la celebración del sexagésimo aniversario de la instauración de la República Popular China y, principalmente, el énfasis en el comportamiento económico de los últimos treinta años, para indicar que la primera medida que las autoridades chinas dispusieron en 1979 fue estipular que la entrada a la universidad fuera por criterios académicos y no políticos, para basar el desarrollo en la ciencia y la tecnología, estipulando como criterio de verdad “El resultado de cada acción ejecutada”. Esto ha llevado, para renovar al sistema universitario chino en la investigación necesaria, decidieran establecer diez nuevas universidades dedicadas a la investigación en los alrededores de Beijing, para asimilar los avances que la comunidad científica universal sea aprehendida por los académicos chinos.[2]
En consecuencia, no podemos en el sistema universitario dominicano retardar la “puesta al día” de nuestros académicos porque no debemos confundir la “información” de los avances científicos con “investigación” de nuestra realidad. Un ejemplo es cómo nuestras revistas científicas e intelectuales se reducen a “presentar” opiniones, aunque muy sesudas, sin ninguna referencia a las temáticas relevantes de los problemas en las fronteras del conocimiento. Son artículos más informativos que sustantivos de profundidad conceptual y empírica de la realidad como la percibimos en este pedazo del mundo contemporáneo.
Un enfoque más centrado en la “problemática” actual de la ciencia no puede ser sostenido acríticamente en los autores de la filosofía de la ciencia postulada por los pensadores que desde el siglo XVIII hasta principios del XX consideraron al quehacer científico como una “ortodoxia” de la verdad sin dinámica ni dialéctica de la duda. Nos hemos quedado en el paradigma de la ciencia “establecida”, “incontrovertida” y hemos dejado la aventura del paradigma “revolucionario” ajeno a nuestras preocupaciones intelectuales.
La sociedad postmoderna es la “negación” de la modernidad renacentista y nos ha generado la creación de un nuevo paradigma de la ciencia: la postmodernidad se afianza sobre la “teoría de la complejidad” que como contrapunto dialéctico nos señala la incapacidad de la “parsimonia” como insuficiente para aprehender una realidad diversa[3].
Este carácter diverso de la realidad –que podemos identificar con el multiverso de Maturana– es alimentado por la capacidad de la ciencias físicas y de la naturaleza de postular unas “estructuras” invisibles de la realidad que han generado formas nuevas de incorporación en mercancías que están cambiando nuestras costumbres sociales, es decir, nuestra naturaleza humana y social.
La “ubicuidad” que nos ofrece el fenómeno de la comunicación conocida por el anglicismo de “internet” es una realidad que explicamos solamente como un fenómeno físico de los “electrones” que generan ese mundo virtual, cuyo marco teórico se desarrolla en los cánones de la física clásica y la cuántica, en consecuencia, no es una “sencillez” que se explica con los “chips” que se interconectan para crear una red eléctrica que por medio del álgebra binaria almacenan códigos que nos facilitan la vida.
La revisión de los planes de estudios
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En el anexo he recogido el Plan de Estudios de la Carrera de Economía y su análisis no resiste una búsqueda de objetivo general o de los particulares, porque en la versión de internet no se presentan. Pero, si se pueden intuir. El peso de las asignaturas tienen un peso importante en la formación matemática, lo que está de acuerdo con la evolución de la ciencia económica desde un enfoque “neoclásico” y mantiene la división tradicional entre micro y macroeconomía, lo que evita el desarrollo del enfoque más actualizado de los “fundamentos microeconómicos de la macroeconomía”, que es importante para poder comprender la dinámica de la crisis financiera global que estamos viviendo en los momentos actuales.
Este énfasis nos lleva a constatar cómo ha dejado el espacio las asignaturas con énfasis “crítico”, como sería Economía Política, la única que tiene un enfoque decididamente alejado de la tradición neoclásica. Si hacemos énfasis en la “sensibilización” de los estudiantes a las características de la crisis financiera global, entonces se debe dejar espacio para estudiar la crítica que desde la economía política se hace al enfoque prevaleciente. Por ello es que he asumido en las asignaturas Análisis del Pensamiento Económico enfatizar las alternativas de escuelas de análisis que están vigentes y que procuran una interpretación alternativa a la crisis vigente.
Con ese propósito es que al asumir la asignatura Lectura de Autores Modernos dirigí la temática hacia la Escuela Austríaca no Neoaustríaca, argumentando que en honor al Padre Dr. José Luis Alemán, que era de formación germánica, procedía de esta escuela de pensamiento; pero, en el fondo, era profundizar en un punto de vista alternativo.
Igualmente, la asignatura Indicadores Sociales la he utilizado para insistir en el enfoque social de las Ciencias Económicas, por lo que debo asumir una posición crítica aunque no despreciativa del curso “econométrico” que ha seguido el enfoque neoclásico en la actualidad la disciplina.
Quizás, la experiencia de ser la “mala” conciencia profesional de los estudiantes crea la empatía para que ellos asuman que su formación es un constructo en permanente proceso y que no han venido a la universidad a comprar un producto acabado. Deben comprender que es un producto de la condición humana.
Compensando los desbalances curriculares
La experiencia ha sido que las asignaturas que me han ofrecido son aquellas que no están en la formación económica –por ejemplo, Economía Política– y cuyos profesores se han ausentado, por lo que me han entregado unos programas de estudios que son “listado de tópicos” sin bibliografía. Por lo tanto, mi primera tarea ha sido componerla con la filosofía de que sirva de instrumento de investigación, como me enseñaron en la Universidad de Chicago.
Posteriormente, al asumir la asignatura Economía Política encontré que no había textos actualizados sobre el tema (ya que el marxismo pasó de moda) por lo que he recurrido a un sitio de la Universidad de Murcia donde recopila material clásico o moderno de la ciencia económica, EUMED. Por lo tanto, he diseñado algunos programas esencialmente a partir de recursos internetgráficos.
De todas maneras, como existe un cuerpo profesoral diverso y numeroso, cerca de 70 profesores, la práctica de crear varias secciones de una misma asignatura lleva a que cada profesor le dé un toque personal a sus programas, por lo que he insistido en un enfoque de “team teaching” en que por lo menos se coordinen los temarios y enfoques de los profesores que enseñen la misma asignatura. Lamentablemente, no se ha aplicado esta sugerencia. La revisión curricular debe tomar en cuenta nuevas formas de profesorado colectivo y nuevos instrumentos de aprendizaje, como sería la adopción de soporte electrónico en clases, asistencia por Internet, pero que conllevaría una nueva forma de relación laboral con la universidad.
El “problema” de la evaluación
Soy el primero en confesar el conflicto de la evaluación. He afirmado que en un ambiente constructivista, la evaluación se mantiene conductista. He aprendido que la evaluación constructivista es de carácter acumulativo, reflexivo y, principalmente, interactivo.
Por lo tanto, la evaluación “Passed-Failed” es la que tiene la vocación constructivista. Si se mantiene el principio constructivista, el alumno tiene la oportunidad de conocer los criterios de evaluación y aplicarlo a su propio conocimiento e ir mejorando, apropiándose del conocimiento generado.
Ilustro la experiencia del curso de Lectura de Autores Econ{omicos: asumí el curso por correspondencia de EUMED de la Universidad de Murcia sobre Economía Austríaca, por lo que cada estudiante debió de leer un artículo semanalmente, y al llegar al aula, tomar un “Control de Lectura” de una pregunta, que pretendía de ser interpretativa de los argumentos del autor. Inmediatamente, con el diálogo con el Profesor, debían llegar a la respuesta adecuada o a la interpretación precisa. En consecuencia, los estudiantes podían autoevaluarse al comparar la discusión con lo escrito. La evaluación final se hizo con la lectura del libro de Carl Menger, iniciador de la Escuela Austríaca, Economía Política, a partir de un cuestionario sobre la cuestión en cada capítulo del libro. Para renovar la asignatura, he propuesto el estudio de otra escuela, la Institucionalista y Evolucionista, a la luz de la crítica a la crisis financiera global vigente.
La experiencia lleva a si los estudiantes son metódicos y sistemáticos, pasan el curso y si lo hacen responsablemente, el conocimiento es el pase con la mejor nota que permite la “gradación” prevista en el Reglamento Académico. Lamentablemente, no hay espacio para estos experimentos y lleva a que el Profesor se vea como “blandito” porque no quema a nadie. Pero, en el fondo, es una teoría del aprendizaje que debe ser comprendida por los burócratas administradores universitarios.
Reflexión final
Si reflexionamos sobre la “sociedad-red” (como la llamó el sociólogo Castells) vemos que la “democratización” de las investigaciones es ahora posible por este instrumento, ya que en palabras del mismo Castells en entrevista en el diario El País, del 24 noviembre pasado, “Internet es extremadamente útil para la educación, para los servicios públicos, para la economía. Y no puedes tener un poquito de Internet, tienes que tener Internet en la plenitud de capacidad autónoma de comunicación”.
La ciencia y la tecnología se han manifestado en estos tiempos de la “Sociedad del Conocimiento” como la mayor fuerza del cambio social. Los participantes tienen las credenciales para situar a la República Dominicana en el marco de la dinámica social que marca un nuevo tipo de humanidad. Por ello es que en el futuro de la educación dominicana, la ciencia y la tecnología debe marcar por la investigación la encarnación de un nuevo espíritu científico, comenzando por el cambio de paradigma y de valoración social de que los dominicanos sí podemos hacer ciencia.
